El presidente remarcó que no se trata de «un decreto de necesidad y urgencia» y que el macrismo «tiene todas las posibilidades de plantear sus pareceres y proponer correcciones». Asimismo, remarcó que «la Corte está funcionando mal».

El presidente Alberto Fernández salió ayer defender el proyecto de reforma judicial que presentó el miércoles pasado a la vez que aclaró que se trata de una iniciativa que va a ser tratada por el Congreso y no de un decreto de necesidad y urgencia.

De esta forma, el mandatario salió a rechazar las versiones sobre que el Gobierno busca desvincular a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner de las causas por corrupción en las que es investigada.

En diálogo con Radio Con Vos, el Jefe de Estado explicó que la iniciativa es solo «un proyecto de ley que va al Congreso» donde Juntos por el Cambio «tiene todas las posibilidades de plantear sus pareceres y proponer correcciones».

En este sentido, insistió en que no se trata de una iniciativa establecida por «un decreto de necesidad y urgencia» sino que «va a pasar por el Congreso».

«Estamos absolutamente abiertos a cambios porque lo único que queremos es que la Justicia funcione de otro modo. No firmamos un decreto cambiando la Justicia», manifestó.

En este sentido, el presidente sostuvo que «hoy la Corte está funcionando mal» y está «virtualmente paralizado».

«Lo único que queremos es que la Justicia funcione de otro modo. No estoy haciendo una repartija de jueces, quiero nombrar jueces dignos. El costo es nulo. Cada juzgado tiene dos secretarías. No creamos nuevos juzgados», afirmó Fernández.

«Hoy se podría cubrir cualquier juzgado federal con cualquier juez que fuera amigo mío. Para mí es muy importante el respeto al derecho. Lo que dijimos es que los cargos sean cubiertos por la justicia ordinaria, no la federal. Como la Corte Suprema dijo que los jueces federales no son lo mismo, hicimos un procedimiento distinto para la subrogación. Lo único que me puse son límites para que nadie dude», concluyó.