Jorge Bazán aseguró que «nunca dije que me querían robar ni que estuvieran armados, porque eso no ocurrió”.

Los motociclistas que protagonizaron un incidente previo al crimen de Valentino Blas Correas con los jóvenes que viajaban en el Fiat Argo blanco junto al joven asesinado la madrugada del 6 de agosto de 2020, declararon ayer como testigos y desmintieron la versión policial sobre que habían denunciado un intento de robo.

Se trata de Jorge Bazán (24) y de Leandro Maldonado (26), quienes explicaron lo sucedido esa noche en la rotonda del barrio Las Flores, donde mantuvieron un altercado por una “maniobra peligrosa” realizada por Juan Cruz Camerano Echavarría, quien conducía el vehículo en el que viajaban Cristóbal Bocco Camerano, Mateo Natali, Camila Toci y Blas Correas.

El conductor de la moto, Bazán, dijo que lo «encerraron» con el automovil por lo que decidió detenerse en el control policial que había a pocos metros de la rotonda y le dijo a dos policías que había tenido un «problema con los del auto», que no sabía «si están borrachos».

«Nunca dije que me querían robar ni que estuvieran armados, porque eso no ocurrió”, aseguró, desmintiendo a los policías.

En ese puesto de control, mediante radiofrecuencia policial, el oficial ayudante Ezequiel Vélez y el cabo Leandro Quevedo alertaron a los distintos puestos de control para interceptar el Fiat Argo blanco porque unos motociclistas habían denunciado un intento de robo.

Luego declaró Erick Pablo Rosell Pezo, quien pretendió beneficiar la situación de los policías imputados y terminó con un pedido de la fiscalía para que se lo investigue por falso testimonio.

Se trata del comerciante de origen peruano, que declaró haber visto que el Fiat Argo aceleró y vio “algo suspendido en el aire que luego cae”.

Cabe recordar que en su primera había manifestado que no había visto nada que tiraran del auto, mientras que durante su nuevo testimonio repitió varias veces su “empatía” por los policías.

De esta forma, Rosell Pezo “pretendía favorecer la situación procesal de los imputados Gómez y Alarcón”, los que dispararon el automóvil con los chicos, plantando un arma como “coartada que justificara el accionar policial”.

La Fiscalía solicitó que el testigo sea detenido y remitan las actuaciones a la Fiscalía de turno para que sea investigado por “falso testimonio”, pedido que los miembros del tribunal técnico rechazaron por unanimidad, no obstante aclararon que queda diferida la resolución del planteo.